
“Aquí en Italia, cuando comienzas tu proceso de asilo, lo primero que las autoridades te piden es una dirección. Pero ¿cómo puede un inmigrante tener una dirección si vive en la calle? Nadie quiere alquilarte una casa. Tuve la suerte de conocer este proyecto y hoy estoy feliz de tener un contrato de alquiler a mi nombre”.